Descripción
SEMIS DE MALACA.
Moneda: Semis.
Ceca. Malaca. 14 – 36 d.C
Material: Zamak
Inscripciones:
Anverso: Cabeza de Vulcano a derecha con gorro plano, detrás leyenda neopúnica, debajo tenazas.
Reverso: Estrella de ocho puntas.
La Ceca de Malaca.
La producción monetaria de Malaca constituye uno de los testimonios más relevantes de esta ciudad semita entre los siglos III y I a.C. Sus series monetarias, de tradición púnica, se acuñaron mayoritariamente bajo control romano, un patrón productivo acorde con la mayoría de talleres peninsulares. Pero a diferencia de otras cecas, Malaca era una civitas foederata de Roma desde la Segunda Guerra Púnica, un marco jurídico privilegiado que la ciudad mantuvo hasta el siglo I d.C.
La ceca de Malaca cuenta con un estudio de referencia realizado por Campo y Mora (1995), cuya ordenación se ha seguido en el presente catálogo. Se han realizado pequeñas modificaciones debido a las novedades de los últimos años y a la necesidad de adaptar su estudio de cuños al formato de catálogo de tipos y variantes. Cabe advertir que la ordenación del taller resulta complicada, fundamentalmente debido a la falta de paralelos para sus diseños, a su homogeneidad y continuidad epigráfica, y a la inexistencia de tesoros o hallazgos que aporten información relevante para la datación de las diferentes series. Resulta por ejemplo extraño que las unidades del siglo II a.C. no se encuentren acompañadas por otras denominaciones de menor valor. Los pequeños bronces emitidos en la primera época pudieron tener una circulación residual durante algún tiempo, pero no parecen ser el complemento ideal para dichas unidades. En el siglo I a.C. no se identifican denominaciones de peso elevado y se establece una producción de piezas más ligeras acompañadas por divisores. En este complejo panorama cabe preguntarse si estas unidades y divisores pudieron, en algún caso, concebirse como una serie durante el siglo II o I a.C., tal y como se presentan en el catálogo ACIP (792-799). Su encaje metrológico no resulta perfecto, pero el planteamiento guardaría coherencia en términos productivos.
Campo y Mora ya advertían en su trabajo sobre las dificultades relativas a la datación de las diferentes series (1995, 193-185), lo que significa que la cronología de cualquiera de los tipos podría cambiar en el futuro. El original tipo de las cabezas acoladas es un claro ejemplo de las incertidumbres cronológicas que rodean a las emisiones del taller. Mientras que Villaronga lo lleva en sus catálogos a finales del siglo III a.C., para Campo y Mora podría fecharse hacia el 15-10 a.C. (1995, 195-197), al identificar en su diseño una representación de Cayo y Lucio (Mora 1991). Puesto que esta última datación dejaría dicha emisión fuera del presente catálogo y que la misma no forma parte del catálogo RPC, se ha optado por incluirla entre las emisiones del siglo I a.C.
La ceca acuñó una modesta, pero significativa serie de plata y numerosos tipos originales en bronce. Las primeras series se dedicaron exclusivamente a piezas de peso muy reducido, mostrando un elevado interés por disponer de valores monetarios adecuados para el uso cotidiano, algo que en fases más avanzadas se ratificaría con la producción de abundantes divisores de bronce. Su iconografía resulta muy original en el contexto de las series púnicas, tanto por la elección de sus figuras divinas como por sus motivos de tipo astral que se mantendrán a lo largo de toda la producción.
Las primeras series de finales del siglo III a.C. son muy ligeras y emplean singulares cabezas de estilo egiptizante. Las primeras emisiones de plata anticipan temas característicos del taller y sitúan a Malaca en el selecto grupo de talleres que realizaron emisiones en este metal. Los bronces de esta primera fase presentan una notable variedad de estilos/cuños y resultan complicados de organizar. Por ello los tipos se han establecido a partir la cantidad de puntas que presenta la estrella de los reversos, a pesar de que llevan aparejadas complicadas combinaciones de estilo en los anversos. En esta primera fase se observa que el Helios radiado de los reversos parece reducir progresivamente su tamaño y acaba sustituido por un simple glóbulo que facilitó el trabajo de los grabadores.
La originalidad de sus diseños continúa con la representación de divinidades semitas empleando la iconografía del panteón clásico; los anversos utilizan como diseño de referencia a una divinidad púnica de la metalurgia, quizás Chusor-Ptah, mientras que los reversos están con frecuencia ocupados por Helios, quizá como interpretatio de Ba’al-Hamon. El templo tetrástilo es otro de los diseños más característicos de la ceca, un tema poco frecuente en las series peninsulares de la época y que, en el caso de Malaca, no cuenta con refrendo arqueológico alguno. La primera serie no incluyó leyendas, pero desde la segunda se adoptó el topónimo mlk’ en escritura neopúnica, una forma que no sufriría variaciones significativas en las emisiones posteriores. Algo más tarde, apareció sobre los divisores la leyenda šmš (sol) bajo el templo del reverso.
Una peculiaridad de estas primeras emisiones es relativa a su fábrica, ya que algunos de sus cospeles presentan recortes rectos. Estos primeros divisores del taller se ajustaron al sistema de 8-9 g. introducido por los cartagineses en la Península Ibérica. A comienzos del siglo II a.C. comenzaron a acuñarse piezas de mayor peso con las divinidades Vulcano en anverso y Helios en reverso. Campo y Mora distinguen entre el trabajo de grabadores posiblemente foráneos que realizan un trabajo de gran calidad y otros locales menos habilidosos, que grabaron cuños de una ejecución muy pobre. Hasta inicios del siglo I a.C. no comienza la producción del período III en la que se renueva el programa iconográfico con una representación de lo que podrían ser los Cabiros-Dioscuros.
MG
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